viernes, 20 de junio de 2014

Sueños a dos latidos.

Cómo dormir sabiendo que
al girar la cabeza
no vas a estar tú.

Cómo hablar sabiendo que
las respuestas serán 
las que nunca querrás escuchar.


La tonta Alicia había seguido al conejo
hasta caer en su madriguera.
Un conejo con piel de zorro y,
un agujero sin retorno.

¿Puede un zorro enamorarse de su presa?


- Como desees.

Aquella frase me remitió a un cuento que había visto de niña y que me encantaba: 'La princesa prometida'. Era lo que pronunciaba el joven sirviente cada vez que su dueña le ordenaba algo. Me gustaba el momento en que la protagonista descubría que aquellas dos palabras significaban en realidad 'te quiero'.