jueves, 12 de abril de 2012

Chiquitajo

No me cuesta admitir que en múltiples ocasiones he dejado ver que sigo siendo una niña, lo sabes y lo peor de todo es que estando contigo no puedo ser quien no soy; es rotundamente imposible, y créeme que lo he intentado. No puedo evitar reírme, no puedo evitar mirarte y mucho menos puedo evitar los impulsos de abrazarte o susurrarte un tequiero* sin razón aparente. No puedo. Ni quiero. Quizá te parezca un tanto exagerado, quizá pienses que no puede ser real pero confía en mi; no hay nada más real que esto. Tú. Yo. Nosotros. Y no es fácil, lo sé; somos un molotov por separado y una nuclear juntos pero ¿sabes?, no me importa lo que pueda pasar si estoy a tu lado, porque a lo largo de estos días me he dado cuenta de que tú eres el refugio que buscaba y yo el detonante que necesitabas. Tal para cual. No hay necesidad de más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario