Y ahora soy yo la que te dice que pierdo el culo por ti.
Y allí estaba él, con esa sonrisa que hace que pierda los papeles. Y yo, con esas ganas de abrazarle que día tras día crecen a pasos agigantados. Después de estar unas escasas pero intensas horas en las nubes, no me quedan palabras para decir algo que no haya dicho ya.. y, ¿la verdad? Haciendo un balance largo y un tanto negativo de toda la poquita vida que llevo en estas venas, puedo decir a estas alturas, siete de junio de dos mil doce, que ha sido, es y estoy segura de que será lo mejor de ella.
Tras estar escribiendo varios meses al engaño, odio, rencor y orgullo, aquí está todo esto. Desde hace un tiempo que no puedo identificarme con lo escrito, y es que, sinceramente, este señorito de un metro y unoscuantos centímetros, pelo castaño claro, sonrisa de loco y ojos marrones, ha hecho que salga eso que pensaba que no existía en mi. El único que ha podido con el orgullo, rencor y demás cosas odiosas que tengo en mi interior. Y es que es inevitable, me pone tierna.
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