Y
cada vez lo tengo más claro, tener al mejor del mundo a mi lado es la suerte
más grande que he tenido. Nunca, nadie, había sido capaz de enamorarme 188 días seguidos las 24 horas del
día. ¿Sabes que es lo que más me gustaría? Estar tumbados en nuestra
cama y que en ese momento se parara el tiempo. La sensación de abrazarte, la de
besarte, serían los mejores regalos del mundo. Todos y cada uno de los días.
Acabar agotados de reírnos y querernos como sólo nosotros sabemos hacerlo.
Hoy,
ahora, si estoy escribiendo esto es porque me he dado cuenta de que quiero
pasar el resto de mi vida con alguien. Y el resto de mi vida quiero que empiece
ya. Contigo. Te garantizo que
habrá épocas difíciles y que en algún momento uno de los dos, o los
dos, queramos dejarlo todo, pero también te garantizo que si
no te pido que seas mío me arrepentiré durante el resto de mi vida. El
otro día cuando discutimos iba a dejarte solo, pero entonces me di cuenta
que prefiero discutir mil veces contigo, que hacer el amor con otro. Y es que
me encanta la arruga que se te forma aquí cuando me miras como si estuviera
loca, me gusta oler tu perfume en mi ropa después de pasar el día contigo, me
enamora que te acuerdes de mi todas las mañanas y me des los buenos días y
quiero que seas la última persona con la que hable antes de dormirme por las
noches.
Vale
más una sonrisa, sólo si tú estás.
Te
quiero chiquito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario