Y me abrazaste
otra vez; igual de roto pero tan guapo como siempre. Me abrazabas y yo
sólo quería que no te acercases del todo; no te fueses a cortar con todo lo
rota que estaba. Y fue justo ahí, cuando entendí que cuando los rotos se
abrazan, se forman mantas. Mantas en las que pasar un enero, un invierno o toda
una vida. Has sido freno cuando había un muro delante. Y has sido muro
cuando necesitaba sujetarme. Contigo me he reído tanto que a veces se me
olvida lo llorado. Eres tan diferente al resto que salimos ganando.
Salíamos ganando*.
Porque ahora
toco fondo. Ahora tocar fondo es dejarse caer en el sofá y encender la tele.
Aunque en todos los canales le estén sacando a él. Prefiero pensar que
eres la persona correcta en el momento equivocado. Y que te volveré a
encontrar. Tarde o temprano. Para volver a ser 'nosotros'. Para dejar de ser
'tu y yo', y pensar, que aún tengo un sitio debajo de tu piel para hacerme la
dormida.