Una vez más te escribo, te leo, te miro, te siento, te huelo y te escucho. Tengo superpoderes por hacer esto a casi doscientos kilómetros de distancia, y también estoy enferma por hacerlo.
Una ilusión más te escribo y, a pesar de faltar casi un mes, ya te puedo leer, mirar, sentir, oler y escuchar. Aquí también tengo superpoderes. Lo hago a milímetros de distancia y cualquier enfermedad es sonrisas si estás tú detrás de ellas.
Velas, solos, espagueti, patatas, nata, ganas, sonrisas, cabeceros y encimeras, Pereza, sábanas, más ganas, y tú. Y otra vez el mismo bucle del que no salgo, porque tú ya estás fuera. No espero esto, porque tampoco te vas a molestar en una causa perdida; pero desespero en encontrarte con los ojos la mitad de brillantes que los míos.
Dime si vas, o voy. Pero dime una de esas dos.
Una ilusión más te escribo y, a pesar de faltar casi un mes, ya te puedo leer, mirar, sentir, oler y escuchar. Aquí también tengo superpoderes. Lo hago a milímetros de distancia y cualquier enfermedad es sonrisas si estás tú detrás de ellas.
Velas, solos, espagueti, patatas, nata, ganas, sonrisas, cabeceros y encimeras, Pereza, sábanas, más ganas, y tú. Y otra vez el mismo bucle del que no salgo, porque tú ya estás fuera. No espero esto, porque tampoco te vas a molestar en una causa perdida; pero desespero en encontrarte con los ojos la mitad de brillantes que los míos.
Dime si vas, o voy. Pero dime una de esas dos.
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